miércoles, 16 de noviembre de 2016

Hipertenper¿deseso,quiliturbrabado,do?

"Ese 'gachó' que se siente triunfador una noche y sale al bar a tomarse unas copas, en plan, esta noche seguro que mojo y no solo el gaznate. Entra a la disco y se pide la primera copa, ve a esa 'moza' ni 'bonica' ni fea, ella lo ve a el y tras dos copas más ya es la tia más buena del bar y se le acerca decidido y le dice:
- Hola guapa, ¿bailas?
Y ella:
- No.
- Entonces, de follar ni hablamos, ¿no?".
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Dicen que cuando no se sabe como empezar algo, si se empieza con un chiste, el triunfo está asegurado. Lo digo más que nada porque este post va a ser un fracaso, ya de entrada, así que si en algo se arregla empezando así, bienvenido sea.

Tengo la cabeza llena de historias que hubiera querido contar hace meses, cosas que se me han ido quedando en el tintero por un motivo bastante estúpido si lo piensas fríamente, y es que en los últimos meses el trabajo ha llegado a absorverme de una forma insana.

Hace ya cerca de año y medio que dejé mi trabajo en Cointec y me incorporé primero a ABZ, y después a Scorpora, dos empresas del mismo dueño, en las que simple y llanamente, cuando el trabajo flojeó en una, pasé a la otra. Por este motivo he dejado a mis perturbados seguidores desatendidos, aunque para mi sorpresa y deleite, el blog parece que se lee solo ya, continúan subiendo las visitas al mismo .... lo cual no es razón para dejar de escribir cuando me apetezca .... y sin embargo, esto no va de trabajo .... va de salud y de sustos.

Igual lo vais a flipar todos un poco, pero el tema es que he pasado un día ingresado en el hospital.
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(dejemos un instante para que lo asimileis).
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Hace unos meses sufrí un dolor fuerte en el pecho que en aquel momento todos lo atribuimos a una mala digestión y gases, que se me pasaron tras un rato en urgencias y estar "pinchado" con calmantes. La cuestión es que el pasado jueves me volvió a suceder estando en la oficina, y para mi sorpresa en el electrocardiograma que me realizaron, salió algo raro. Pude leer el "electro", en el que aparecía un texto que señaló el médico que me atendió primero en el ambulatorio en Orihuela, "Onda Q anormal".

Con esto me mandaron a urgencias, siempre acompañado por uno de mis compañeros de trabajo, tras repetirme el "electro" y hacerme alguna prueba más, la doctora que me atendió nos miró a mi compañero y a mí y nos dijo que, dadas las alteraciones que presentaba el electro, no podía enviarme a casa. En ese momento no pude evitar cruzar una mirada con mi compañero, entre sorprendida, divertida y atónita .... (hacía menos de 15 o 20 minutos estaba bromeando con él sobre si me quedarían seis meses de vida). Me dejaron ingresado hasta que al día siguiente me pudiera ver el cardiólogo, mi compañero ya se fue y yo llamé a mi hermano para ya ponerlo al corriente de todo.

Y aquí entra la gracia, mi primera vez ingresado en un hospital, la primera vez que me pongo una de esas batas abiertas por el culo, la primera vez de tirarme en una cama de aquellas a las que yo siempre había mirado de frente detrás de un enfermo, la cual ahora me miraría las espaldas estando aplastada por mi cuerpo, y la primera vez en la que me tenía que preocupar de qué hace uno allí tirado ocho horas sin nada que hacer y sin saber que tiene, y sobre todo ..... ocho horas más sin probar bocado, llevando como llevaba otras seis más desde las 8 de la mañana, todo porque les daba miedo darme permiso para comer algo.

(vaya rollo de párrafo que acabo de soltar)

Pues eso, que me dejan allí, con un último electrocardiograma realizado sobre las 2 de la tarde, diciéndome que es anormal, pero sin decirme que causa esa anormalidad, que solo el cardiólogo puede clarificar, y que no será hasta el día siguiente ..... y muerto de hambre (insisto).

A partir de ahí empiezan las horas más largas de mi vida y la noche más agotadora que he pasado jamás .... (bueno, echando un "quiqui" me he cansado más en alguna ocasión, pero "palos con gusto no duelen", coño ..... ni siquiera me atrevería a decir que utilizar ese refrán sea apropiado en absoluto, pero no se me ocurre nada mejor).

Mi "hermanico" se vino por la tarde-noche después de perderse para encontrar el hospital, un inciso en la historia, si alguien os dice que el hospital de Orihuela se llama "Hospital de San Bartolomé" no le hagáis caso, por Dios, "Hospital Vega Baja", si lo buscáis de la primera forma en "Google Maps" os mete en el pueblo de San Bartolomé y no mola.

Le pedí que me trajera el cargador del móvil y algunos libros, por cierto, que libros al final sobraron y faltaron unas zapatillas de andar por casa, algo que he aprendido de la experiencia.

Allí estuvimos charlando un rato, ya no recuerdo de que, la visita de mi hermano a mi me sirvió para tener compañía un rato, a él, para que viera que yo me encontraba bien y quedarse tranquilo. Ni que decir tiene que yo me sentí bien desde antes de que me hicieran el primer electrocardiograma hasta que salí del hospital al día siguiente, siendo ya viernes por la tarde ..... pero no adelantemos acontecimientos.

Me dejó solo sobre las 11 de la noche, ya cansado de esperar a que hicieran efectivo el ingreso en planta, no he comentado que pasé toda la tarde en el box de observación, en urgencias.

Si tuviera que dejar unas pocas palabras para el recuerdo de aquella noche, sería, "Sinfonía de ronquidos". Justo frente a mi dejaron en observación como a mi un hombre que, mira, no es que roncara, pero respiraba "muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy" fuerte .... y que me daba una envidia que me moría, porque durmió desde que entró allí hasta que se lo llevaron. Y al rato dejaron a otro a mi lado que esto ya fue la gota que colmó el vaso .... ¡¡¡ EL CABRÓN RONCABA IGUAL QUE MI HERMANO, PARECÍA UNA LOCOMOTORA DEL OESTE !!!

(Esto se alarga, creo que lo voy a escribir por partes, nota de Javi, 28/06/2016 - 00:11 horas).

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